Mi historia te dirá por qué me postulo
Desde muy pequeño he acompañado a mi familia en eventos relevantes del acontecer nacional. Nací el 24 de abril de 1993, solo 4 años después del restablecimiento de la democracia en Panamá. Esta foto es de 1994 cuando mi abuelo, Rafael Zúñiga, se postuló como candidato a Diputado por Renovación Civilista, y como pueden ver, yo también hice campaña en brazos de mi padre Roberto y mi madre Jeane.
Desde temprana edad experimenté los principios familiares que se fundamentan en los valores ciudadanos y patrióticos, y que caracterizan la historia de mi familia. Todas las reuniones familiares eran clases de historia patria. Algo que me marcó desde muy joven fue escuchar los relatos de mis abuelos, tíos y padres, en la lucha que llevaron contra el régimen militar que por 21 años oprimió al pueblo panameño.
Escuchar de viva voz las anécdotas de mi tío Carlos Iván Zúñiga, cuando convocaba a las movilizaciones desde Radio Mundial o la historia del pañuelo blanco; sin dejar pasar por alto los momentos de angustias como su encarcelamiento en la Cárcel Modelo, el exilio de mi tío Rafael Zúñiga y el secuestro de mi tío Mauro Zúñiga. Este legado familiar me inspira a trabajar con amor, dedicación y honradez por nuestro país, no puedo ser indiferente ante el deterioro de la democracia que vivimos, no podemos dejarla perder.
En el colegio siempre fui voluntario en actividades relacionadas al debate y al servicio social, dándome la oportunidad de conocer la realidad de muchas personas. Desde el colegio entendí el verdadero significado de tender la mano y ayudar al que más lo necesita, sin esperar nada a cambio, por eso, hacer a una persona feliz es la mayor satisfacción que puedo tener.
Como voluntario tuve la oportunidad de participar en misiones médicas en David, Chiriquí y hasta en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, para servir a niños, jóvenes y adultos con labio y paladar hendido. Eso me hizo vivir de cerca los problemas de las personas y lo invisibles que son esas situaciones ante los ojos de la sociedad. Fue algo que me conmociono y al mismo tiempo me otorgo la motivación de querer seguir ayudando y aportando a la construcción de una sociedad más solidaria e incluyente.
En mi etapa de colegio lo que más disfruté, aparte de lo académico, fue el deporte. Jugué béisbol, futbol americano y basquetbol; pero lo que más amo es el fútbol, donde pude representar a mi colegio y a mi país en el extranjero, y también ser fiel seguidor de nuestro equipo nacional. Me gradué del colegio Panamerican School e inicié mi camino universitario en la facultad de derecho de la Universidad Santa María la Antigua, obteniendo el título de Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas.
Tuve la oportunidad de servir, como voluntario ad honorem, en dos eventos que consolidaba el posicionamiento internacional de nuestra nación: la Cumbre de las Américas en el 2015 y la inauguración del Canal Ampliado en el 2016. Trabajé en equipo, con otros jóvenes voluntarios; todos sentíamos que teníamos el mayor honor que cualquier ciudadano puede tener, que es servir a su nación con alegría y entrega. Esta experiencia me da fe en mis compatriotas, porque somos muchos más lo que queremos lo mejor para nuestro hermoso país y estamos dispuestos a dar una mano.
Estas vivencias me hicieron reflexionar. No basta tener ganas de servir al país, debía tener la debida y correcta preparación, para que cuando llegara el momento, hacerlo con la más alta capacidad y aptitud que el servicio público merece. Por eso planifiqué mi carrera, optando por una maestría en Administración Pública y Gobierno en el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset en Madrid, España, en el 2017. Durante mi tiempo de estudio en el extranjero me brindaron la oportunidad de aportar al país en la Embajada de Panamá en España. La tomé y experimenté en primera persona lo que es servirle con el amor que se merece a esta gran nación.
Una de las cosas por la cual me siento muy orgulloso de este proceso fue mi primera publicación académica, una tesis para la implementación de una escuela de administración pública en la República de Panamá, por medio de la profesionalización del sector público como solución a la crisis institucional que tenemos actualmente. Esta tesis la aproveché también para lograr, que, a través de la embajada, se firmaran dos convenios académicos entre el Instituto Universitario Ortega y Gasset y el IFARHU; y el Instituto Universitario Ortega y Gasset y la USMA. Abriendo una puerta para que jóvenes, adultos, funcionarios, hombres y mujeres de mi país puedan estudiar y hacer pasantías en la más reconocida organización española especializada en Administración Pública como la Ortega y Gasset. Lamentablemente, estos convenios duermen el sueño de los justos, aun cuando están vigentes. Así mismo me lleno de mucho honor participar en la organización de la Jornada Mundial de la Juventud (Panamá, 2019), un evento que unió al país y mostro la nobleza del panameño ante el mundo. Finalizando mi experiencia en el sector público.
En el 2020 realicé una segunda maestría en Relaciones Internacionales en la Universidad Antonio Nebrija, en Madrid, España, para la cual también trabajé en el sector privado para sufragar los gastos. La tesis se convirtió en una publicación académica sobre el Recurso Humano y la Carrera Diplomática en el Servicio Exterior panameño, en donde expongo, las recomendaciones que requiere el servicio exterior panameño para avanzar hacia el propósito original de nuestra política exterior, por medio del fortalecimiento de la Carrera Diplomática.
Al regresar a Panamá, decidí emprender y fundé mi propia firma de abogados, además de liderar un programa de consultoría destinado a apoyar a jóvenes, mujeres y hombres, a continuar sus estudios universitarios en Estados Unidos por medio de becas deportivas. Ser partícipe en alcanzar los sueños de estudiantes-atletas es algo que me lleno de mucha satisfacción. A pesar del impacto que tuvo el COVID-19, pudimos salir adelante con perseverancia y actitud positiva.
Llegó el 2022 y he tomado una decisión meditada y deseada desde niño, que asumo con la mayor preparación, compromiso, amor y responsabilidad posible. No puedo quedarme de brazos cruzados viendo cómo nuestro país pierde la democracia que tantas vidas ha costado, ni cómo la inequidad hace que el día a día le sea tan difícil a la mayoría de los panameños. Por eso me ofrezco, por ti Panamá, para ser un servidor público y recalco el ser servidor, porque no tengo ambiciones de poder ni de riquezas, si no, de contribuir para tener una patria para que TODOS los panameños tengamos oportunidades. Soy un ciudadano como tú, que ha decidido ponerse al servicio de los ciudadanos del circuito 8-4 en donde nací y crecí, y de Panamá. Para esto necesito de la ayuda de cada uno de ustedes, para poder llegar a la Asamblea Nacional, con tu firma y luego con tu voto. Ayúdame a ayudar y ser tu voz.